viernes, 18 de agosto de 2017

con el pensamiento atónito, mi corazón los abraza!

mi nombre es Marta CARDONNET
desde Buenos Aires corre mi alma a abrazarlos!

viernes, 4 de agosto de 2017

jueves de cartas



Querida Intima:
                        Idea inquietante ésta de escribirnos una carta, no? Sobre todo cuando ambas sabemos que somos tantas: la inefable, pícara Arlenne y la hacedora María Quijano, que siempre me prestan su nombre cuando los escenarios imponen máscaras; esa Mujer Azul que persigue conmigo el delicioso ejercicio de la sensualidad y esta Marta irreverente, arriesgada, débil, valiente, que se alimenta de risas igual que de lágrimas y siempre necesita de abrazos, que cruza las calles en diagonal y a veces, sin siquiera prestar atención a los semáforos. 
                         Esta loca mujer de géminis, en fin,que es apasionada en todo y para todo, teniendo solo un celoso cuidado de no tropezar con la infelicidad porque sí. Y anda siempre caminando veredas y adoquines persiguiendo historias y atardeceres; madrugadas con amigos, vino y queso; despertares con amantes inolvidables.
                    Intima querida, Yo misma, que esta carta sirva mas que todo para recordarnos que tenemos el alma expandida, la mente abierta, el ombligo inquieto aun hoy mismo, cuando los relojes empiezan a andar a destiempo con los deseos de mi corazón, enamorado otra vez con el arriesgado arrojo con que se sabe que será el último amor. Y, puntillosamente, recordarnos otra vez que hemos vivido siempre, siempre ejerciendo la más entera Libertad posible, aun cuando eso pudiera significar andar dando saltitos al borde del precipicio. 
                             Y que es así como vamos llegando con la mirada extensa, la frente alta, las manos abiertas, gozando de los mejores amigos, amando inmensurablemente a Camilo, Cecilia, Cleo, con el premio de la risa y el abrazo de todos ellos.
                               Fantástico balance, mi querida, si además cuento con que él a veces, necesita tanto de mí. Y así, ya no importa que el cuerpo no sea el mismo; que a veces duela, inevitablemente; que ya no pueda bailar. Total que si te miro, si me miro, sigo siendo aquella muchacha salvaje.
                                 Y te quiero más que siempre.


mas cartas en casa de Encarni