miércoles, 27 de marzo de 2013

con...jugando palabras en jueves




Nonononno, señora, que no he querido robarle. Si yo iba a avisarle cuando hubiera alguien en su casa! No me mire asi, Agente, es la pura verdá lo que le digo. Cómo iba a querer traerme estas florcitas sin pedirle permiso! Es que pensé que le sobraba…, usté vió el jardín de la señora, lleno, lleno de estas florcitas? Señora, que no es para gritar así, doña. Que no soy sucia ni ladrona, no me diga eso que me duele en el alma, que cobro la mínima y bien me arreglo. Solamente soy pobre y me quedé sin casa. Y sola. Y vivir acá, bajo la autopista no es nada fácil. Y no, claro que a usté no le importa. No tiene hijos, usté, alguien que la quiera? Ah, se fueron. Pero, y nunca la visitan? Porque yo ya nací sola, me parece, pero si hubiera tenido hijos, a lo mejor no estaría aquí, ni me hubiera traído esa maceta con esas florcitas. Pero, es que la señora de enfrente de su casa, esa que nos está mirando, me dijo que estas florcitas se llaman “alegría del hogar” y como usté tenía tantas, pensé que pudiera regalar porque le sobraba. A mí que ya ni alegría, ni hogar tengo. Y porque somos vecinas. Pero le pido disculpas y se las devuelvo porque veo que no le sobra, que más bien le falta. Pobre doña! Tanta “alegría del hogar” y que sea mentira. Pobre doña! Tanta “alegría del hogar” en el jardín y sin nada en su alma. Llévelas, nomás, que a mi, por lo menos, con el cielo me alcanza!

   con mas palabras jugando en lo de Gabi*, dònde mas?

viernes, 15 de marzo de 2013

Relato de jueves: la mano



esta es la mi mano:
 la diestra.
la que me peina.
la que pone el azúcar.
la que primera acaricia.
la que seca lágrimas.
la que revuelve el guiso.
la que escribe lo que pienso
y lo que siento.
la que toca la vida de mis hijos.
la que toma la mano de los amigos.
la que lleva a Cleo en el paseo
y le dibuja historias.
esta es la que toca mi ombligo:
la erótica.
la que a veces te extraña.

otras manos en casa de Dorotea


viernes, 8 de marzo de 2013

jueves de viento

cumplido el favor que le debía a García, el de homicidios, el Detective dejó el edificio con premura, no sea que tuviera otro pendiente.
mierda con el viento, que casi le vuela el sombrero. las noches ventosas nunca le hacen gracia. como era previsible, el tipo pensó en Sandy.
es que en las noches de viento el Detective siempre piensa en Sandy y en ese consomé de gallina que ella prepara tan bien y que a él le calienta siempre los bolsillos del alma, que vientos como aquel se los muestran siempre vacíos. y fríos.
entró apurado, buscando a Sandy con la mirada y ella lo esperaba interrogante mientras ordenaba unos papeles en la mesita de al lado del mostrador: "mis chicas?".
-ya vendrán. quedaba poca diligencia. y el Zurdo llegó a tiempo con lo que le pedí.
caminó hacia "su" mesa, bajo el cuadro de Hopper: aquella mujer tan estrictamente sola parecía acompañarlo, sin embargo.
y afuera el viento. 
miró a Sandy acercarse como a él le gustaba, madura y sensual; tan íntima.  pensó que, tal vez, esa noche y ese viento lo animaran a no despertarse solo en la mañana.
-traigo el consomé de gallina? me salió bien hoy. y te estaba esperando.- apoyó su bella mano sobre el hombro del Detective, como con un roce de alas y él respiró como si suspirara, tomado de sorpresa.-qué viento, no?
-no me gusta el viento, Sandy.- habló bajo mirando hacia la ventana- me llena de ausencias. mejor, convidame con ese vino que guardás para mí.
por un momento, pareció que iba a tocarle la cintura, pero después no.
saludó con la mano y una media sonrisa al Cronista, que saboreaba un plato de fideos con su acostumbrado vino tinto y el previsible libro (de Borges?).
afuera el viento rugía como gato en celo, avisándoles a los árboles del otoño incipiente. 
Sandy, silenciosa, había traído el vino y pan tibio. se sirvió una copa y la levantó apenas, brindando con la mujer del cuadro de Hopper, como era ritual.
-ojalá con este consomé se te pase lo del viento- deseó la voz de aquella mujer que tal vez fuera tan suya si él quisiera amarla.
sonrió el Detective y sonrió Sandy. y por un momento pareció que todo sería posible, cercano, tibio.
el viento empezaba a ronronear, le pareció al Cronista, observando a aquellos dos, con una especie de envidia.
                                                 imagen: Edward Hopper

                                                                                      dedico al Dr. Todoterreno, por lo que el sabe.

nota de la autora: si se sintieran curiosos de cuál era el favor que debía el Detective, cliqueen ahi en Garcia, el de homicidios. ah, si. la vida convive ambas situaciones.