miércoles, 28 de noviembre de 2012

Sopa de arroz y buñuelitos de acelga


  Sandy abrió su heladera y pensó un momento. Sacó puerros, un morroncito colorado, la bolsa de acelgas freezadas, el resto de queso rallado; buscó el frasco del arroz y esos dos huevos que guardó ayer por si las moscas de hoy.
SOPA DE ARROZ CON ZANAHORIASY vaya moscas!... Se tocó un poco la cara y también sacó un poco de hielo. Mientras se apoyaba el frío en el pómulo, sintió como un montoncito de ternura apretándole la garganta y un pequeño escalofrío de miedo subiéndole por la espalda.
Si él no hubiera llegado a tiempo..., vaya a saber qué!

Se puso el mismo delantal con el que le prepara comiditas al Detective y volvió a la cocina el bar. En un periquete preparó sopa de arroz y unos pocos buñuelitos de acelga que le salieron de rechupete: el mismo menú con que su madre consolaba, a veces, el enojado cansancio de su padre. Sintió abrirse la puerta y se asomó inquieta, pero sonrió, aliviada.
-Vení, Zurdo, que te preparé algo para comer y de paso te doy las gracias.
El Zurdo la miró, intentó arreglarse el pelo y después buscó el nudo de la corbata que trató de recomponer. De pronto no supo muy bien qué hacer. Sandy se merece que él le sirva de algo, alguna vez, pensó.
La mujer le trajo la sopa humeante y un plato con buñuelitos que se veían deliciosos.
El tipo comió en silencio y Sandy se puso a arreglar cosas en la barra.

El Cronista no supo muy bien cómo llegó hasta ahí, salvo porque se sentía cansado y hambriento y él cuando anda cansado y hambriento pasa por el Bar de Sandy.
-Hoy, solo whisky- le avisó de entrada. Y luego le hizo un guiño: -Si te sentás con el Zurdo, ligás sopa y buñuelos de acelga.

Obediente, preguntó mientras se sentaba: "Alguna novedad?" 
-Un par de giles que molestaron a la señora- le comunicó el Zurdo, mientras se mandaba el whisky a tragos largos. Después, hizo una mueca casi infantil encogiéndose de hombros, mientras se miraba las manos de nudillos enrojecidos: -Y yo ligué estos manjares.
El Cronista extendió su sonrisa y levantó su vaso:
-Por los puños del Zurdo y las manos de Sandy!- y se preparó a matar el hambre y el cansancio.

Sandy les tiró un beso y volaron los ángeles.



Nota: sepa quiénes son los giles en lo de Marcelo



lunes, 19 de noviembre de 2012

mejorando el lunes

                                                                                           Tira  Macanudo publicada por Liniers
Liniers siempre, siempre me sorprende el alma.
El es un dibujante de historietas nacido en Buenos Aires, Argentina.

Y Natália Tárraco es la instigadora de esta sonrisa de lunes.

jueves, 15 de noviembre de 2012

una de tres: quimeras del tiempo ido



Se mira a ese espejo por última vez.
Y por el espejo mira la mitad de la cebra realizada en tela colgada de la pared, con la cabeza como adormecida. Porque eso sí: él siempre fue la parte de adelante. Al principio con Antonio, después con su hijo. Siempre mirando a Dorotea de lejos.
Dorotea querida con su vestidito rojo y sus zapatitos de charol. Y su cabello siempre negro enmarcando la tristeza de sus labios color carmín.
Dorotea amada, siempre olvidada por Antonio con ojos para las otras.
Dorotea marioneta sola, solita y sola, colgando de eternos hilos imaginarios, como si fuera una muñeca. Como si no tuviera corazón.

 Sale del carromato a fumarse un cigarrillo y pensar en las quimeras del tiempo ido.
Cuántas ilusiones se fueron destejiendo enamorado de Dorotea; viéndola bailar con sus tristes contorneos de marioneta. Cuántos sueños se esmerilaron de pueblo en pueblo, escondido en la parte de adelante de aquella cebra que tanto divertía a todos. Suelta el humo con una sonrisa que lo rejuvenece.
Y su memoria se vuelve humo tras el cristal de los recuerdos; siempre ha amado un imposible. Solo ha tenido a Dorotea en sus brazos en algunos de sus dolores en los que se dejó consolar y en alguna fiesta del circo, payaseando con ella como otra marioneta, escuchándola reir.
Y luego cada uno a sus tristezas. El a su soledad sin amor, ella al indiferente desamor de Antonio.
Pero ya no, reacciona mientras apaga con un pie el cigarrillo. Y mira el cielo plagado de estrellas en la noche clara. Y vuelve a sonreir. Se ha ido del circo el hijo de Dorotea y Antonio, así que su cebra ha quedado sin la parte de atrás, piensa con alivio.
Y él ha convencido al nuevo patrón que ya no está para andar trotando, que será más divertido acompañar a Dorotea como otra marioneta; y él ha dicho que sí mientras se reía a carcajadas viéndolos bailar.
Mañana mismo bailarán juntos.
Dorotea ha cambiado su vestidito rojo por otro floreado de falda cortona y se pondrá en el pelo un gracioso moño que ha estado ensayando hasta que ha quedado como una mariposa. Y ha decidido que su boca sea carmín y sus zapatitos sean de charol, porque su nueva sonrisa les dará un nuevo lucimiento.
Cuando se encuentran bajo el sauce de la esquina donde se ha instalado el circo, se miran sin pensar en aquellas quimeras desgajadas en tristezas; no hay humo tras el cristal de sus miradas nuevas. Son dos alegres marionetas en los hilos de ese amor felizmente posible en el alma de Simón y tan inusitadamente nuevo en el corazón de Dorotea.

Por una vez, no me parece triste un circo.
una de tres: NEOGÉMINIS celebrando 1000 entradas!

domingo, 4 de noviembre de 2012

crónica de una celebración

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Las chicas del Bar de Sandy estaban luminosas. La dueña también. Sandy conserva la mirada intensa de cuando el amor y la vida no le jugaban con trampa y quiere entrañablemente al tipo que provocaba la celebración en ausencia: Marcelo Suarez de Luna. 

Entre todas habían adornado el bar con banderines de colores y habían colgado sus collares en el marco del gran espejo como para que él "supiera".
La larga mesa instalada en el centro del local reunía comensales de distinta naturaleza pero del mismo sexo: todos varones.Cuando llegué, se me fueron los ojos para saber quiénes estaban. Entre algunos que no conocía vi que habían venido el doctor Todoterreno, Francis Oliverio Recúpero, el último Poeta Maldito, el Fantasma de Borges (con mejor talante que en el Tortoni), Menardez, su Citador, los muchachos de la vieja guardia amigos de don Suarez y de él, me pareció, el Hurgador de Libros, otros que debieron ser sus amigos propios de siempre, un poco apartado se veía a un tipo muy cejudo que dijo llamarse Александр Раздорский, causando gran alboroto, al Zurdo ubicado lejos del Detective que pretendía emprender alguna charla indagatoria con Александр, unos a los que reconocí con el espíritu de la calle Honduras. Me sorprendió reconocer a Alberto, el mozo de "La Viña del Abasto", que mantenía el gesto adusto, pero insistía en opinar con un dejo de sonrisa, miren ustedes. Y no sé, pero me pareció ver a los de la foto en la mesita del rincón.
Algunos hablaban en voz baja, otros reían a carcajadas, entremezclados contaban a los gritos.  Comían pastas y bebían tinto. Y se divertían ponderando al ausente en su cumpleaños. A la hora del flan mixto ya tenían casi listo el texto del pergamino que iban a dedicarle. Al tiempo del champán el Fantasma de Borges (con mejor talante que en el Tortoni), leyó lo escrito con voz un tanto deshilada pero filosofal y emotiva: "A nuestro AMIGO MARCELO, un tipo de tal naturaleza que seríamos capaces de acompañarlo a un viaje en otro Titanic, si nos invitara". 
-Lo parió! Yo que no se nadar- dijo Alberto, el mozo de "La Viña del Abasto, antes de firmar.
Nosotras brindamos con amor y una cairpiriña que Esthercita preparó con el permiso de Sandy y participamos de lejos en la celebración. Nosotras cinco. Sin intención de verificar quiénes eran todas ésas que, desde la mesa de la ventana, se emocionaron y levantaron copas a la hora del champán.
La Magah convenció al Detective para que nos dejara firmar sin preguntarnos nada. 
El Zurdo miró los tacones altos de Cecy y, sin poderlo evitar, le cabeceó para un tango que no sabía bailar.
La vi a Cris en suave charla con Francis Oliverio Recúpero, a eso de la madrugada.
Y yo me quedé pensando en ese poema que yo también recito en las íntimas reuniones, con algún olvido y alguna corrección que me presta la memoria: Profecía, de Rafael de León. Vaya coincidencia!


Salute, Cronista! Que le sea buena la vida!




N.de A.: vaya y vea La menor Idea, que no se va a arrepentir!