lunes, 25 de octubre de 2010

APLAUSOS Y ABRAZOS PARA ELLA

Déja vu

Y si le digo que no? Si recorro apenas la comisura de sus labios con la punta de los dedos. Si desabrocho un botón y otro botón. Si le muerdo como un cachorro despacito la barbilla. Si huelo su piel hasta sentirla estremecer en la nariz. Si enredo mis dedos completos en su pelo y cierro los puños para poder sentirlo en los huecos entre dedo y dedo. Si mi lengua recorre el lóbulo de la oreja, el cuello, el inicio de los hombros. Si mis manos aprietan la cintura, agarran como una garra la finalización de la espalda.
Después de eso,le puedo decir que no?
Ella seguía mirándolo.
-Vamos a casa. - La escuchó susurrar.
No la miró. Se levantó, tomó la campera y salió por la puerta del bar.
Otra vez no. Dijo mientras se ponía la campera.
El frío le dio directo en la cara. 

publicado por Cecilia en su blog dos segundos y un suspiro

  
nota: cecilia es mi hija.
       dejenme ustedes disfrutarlo. 
       gracias!

jueves, 21 de octubre de 2010

esta dulce forma










cuál es la pluma
con tinta indeleble
con la que escribir
este amor
sin que se borre?

cuál es la paleta
del invisible pincel
que restaure
los colores
de este ensueño?

cuál es el llamado
silencioso
que llame otra vez
al desaforado fauno
de la seducción?

cuál es el elixir
de mágico almibar
que renueve
el hambriento deseo
de nuestros cuerpos?

cuál es el gesto
que me despierte
de esta dulce forma
que elegí de morirme? 

imagen cupido dormido

martes, 19 de octubre de 2010

aplausos y abrazos para ella

Desnudos de estrellas


Dicen que cuando desnudos frente al cielo, la noche desaloja cualquier nube y nos expone a las estrellas, y dicen que es como un brillo atemporal, fuimos, estamos siendo y ya no importa si seremos, porque ahora, en este fugaz instante hay un jadeo infinito que agoniza decidido firmemente a no morir.
Gono Rea Lew
Ay ese desnudo que se estrella bajo el cielo de las sábanas, ese cielo de nosotros que rompe la inmovilidad, que eterniza el movimiento en un escándalo de jadeos que le pelean al tiempo, que se niegan a dormir, que destrozan la armonía, que la completan, que nos deshacemos en uno mismo de los dos. Que nos hacemos en los besos que no se calman, porque nuestros besos hacen besos y arden jugos que nos ardemos, que nos cabalgamos, que ahora salvajes, que nos jadeamos y nos nacemos en más besos llenos de besos…
…hasta que el día y la puta responsabilidad, y la distancia que te extraña, y el teléfono, y tu voz que me abraza, y por fin las estrellas del jueves, del sábado, del domingo, del martes, y por fin las estrellas que saben desnudarte, y por fin las estrellas atemporales que nos hacen el amor y nos hacemos brillando jadeos de bocas que ya no pueden dejar de ser besos, de cuerpos desnudos, deshechos que se jadean, que se hacen, que no les importa si serán, que sólo saben que están siendo.
Texto e imagen de Isabel Estercita Lew en su blog Botiquín de artes y utopías

Nota escrita a raiz de mi primer aplauso a Estercita.
Estercita, como me gusta llamarla, es.... cómo buscar el término del todo exagerado que pueda definirla sin exageración? Es una escandolasa tormenta de verano, es la hermana mas mala de Cenecienta, es exhuberante como una flor carnívora, es una callejera injuriante y escatológica, es una muchacha salvaje, es una dama distante, es una caramelo de menta en medio de un velorio, es un dedo índice agujereandote el hombro, es un cigarrillo compartido en el baño de la escuela (cuando eso era un delito), es el cómplice perfecto para robar un banco, es una niña huèrfana enojada con su gato, es una adolescente hambrienta de sueños, es una mujer leve, encerrada en su propia torre de babel. Siempre me llamó la atención su especie de locura, su inteligencia, su alma en carne viva.Y seguro, terminaremos siendo amigas de fierro, si la vida nos deja.
Y la vida nos va dejando!

domingo, 17 de octubre de 2010

presencia de la ausencia













como cada día
que necesito de tu mirada
y la necesito siempre, 
celebro tu herencia.

tengo para mí
la mirada extensa
la mente siempre alerta
la risa en bandolera
(ay, tu risa entera!)
la fuerza de los débiles
los brazos como abrazos
las manos abiertas
la palabra cálida
tibio el corazón
el alma bien caliente.
 
y preparo el mismo avío
para la cesta de mis hijos.
tal como lo he aprendido.




viernes, 15 de octubre de 2010

el nùmero 100!

deja vu












-Admito ser más urbano que un semáforo.
por eso no escribo bucólicos versos
que hablen de lánguidos sauces llorones
o robustos álamos de monte silvestre.
-dije yo- mientras
tú mirabas acostada
en silencio el cielo estrellado
desde la azotea de casa .
Asombrado dije -esto ya lo viví
es un déjá vu ,
si es un déjá vu.


Nos quedamos callados
cada uno sintiendo su corazón
latir en el corazón del otro.


Ya no fue necesario hablar de poesía.

INCAL,  seguidor número 100. Gracias!

Gracias a Lilith, por la bienvenida.
Especialmente, a Cecy por el empujoncito.
Y a los otros 98.

jueves, 14 de octubre de 2010

cosas de la primavera

                                                                   a la Dra. Tabolaro, por los libros.






A exactamente seis meses de cuando comenzó su última tristeza, murió el señor Harkoft con un gran sentimiento de cobardía por no resistir el doloroso influjo de la primavera.

El señor Harkoft era nuestro librero. El librero de mi pequeña ciudad, digo. No recuerdo otro. Su librería era pequeña en tamaño pero inmensurable en contenido. Quedaba a cuatro cuadras de casa y a cinco de la casa de aquellos viejitos cuyos nombres he olvidado pero no a ellos cuya imagen está, por suerte, guardada en mi corazón o donde sea que el cuerpo guarde esos recuerdos.
Esto viene a cuento porque con ellos conocí las granadas; y fue cuando se me abrió la imaginación. Cualquiera que haya tenido una granada en sus manos, haya visto esa fruta desgranarse como gotas de sangre almibarada y la haya saboreado con esa explosión de magia en la boca, sabe de qué hablo. 
Y en la libreria del señor Harkoft aprendí el suave aroma áspero que se desprende de los libros y que se prende adentro como otra piel. Ese hombre parco, parecido al malo de los enanos de Blanca Nieves, siempre serio en esa fresca penumbra de las librerías de verdad, me trazó los primeros senderos de la lectura. 
Me los enseñó de la mejor forma, creo. Fue como si trazara caminitos en la arena y luego soplara sobre ellos. Eso me convirtió en una lectora desordenada, desprejuiciada y libre, sin otras normas que mi curiosidad y mi deseo. 
Con la imaginación abierta y el aroma de los libros, es que he llegado hasta aquí, por suerte para mi vida.
Con el señor Harkoft trabajaba la señorita Elisa. Ella era una mujer pequeña y un poco regordeta, de piel luminosa y manos como mariposas -así de leves, me parecían-, que tenía la voz mas perfectamente musical que yo haya escuchado. Y una mirada oscura y vivaz siempre colgada de su patrón. No encuentro otra forma de decirlo, tal era la dependencia de aquellos ojos inocentes.
La señorita Elisa tenía allí una función imprescindible: ella leía los libros de poesía y las novelas, todos. "La ficción es suya", había sido la indicación. Su trabajo era hacer una especie de resumen o un comentario, segun le pareciera, de cada libro leído, que ella escribía con delicada letra de maestra (recuerdo perfectamente sus mayúsculas que nunca pude imitar) en un papel de hilo, inolvidable en mis dedos, con un agregado especial: al pie dibujaba florcitas; una, dos, tres... cuatro! si el libro calificaba en excelente.
La señorita Elisa era como el alma, mejor como el corazón de esa librería que parecía latir entre los libros y en alguna parte del señor Harkoft, con toda seguridad.
Él contaba con ella para casi todo, sin demasiada conciencia. Distraído por su intelectualidad y por la confianza que le inspiraba sin pensar porqué, nunca nunca sintió curiosidad por ver aquellos papeles de hilo escritos tan lindamente por la señorita Elisa, aunque todos sus clientes le hacían ponderosos comentarios sobre ellos.
Hasta que un día de otoño la señorita Elisa se durmió sin despertarse y fué cuando él tuvo esa necesidad imperiosa de besarla. Todos los que estaban allí presente, observaron azorados, atónitos, emocionados, quisquillosos o de alguna forma felices, según quien, aquel tímido aunque apasionado beso que el señor Harkoft dejó en los labios ya ausentes de la señorita Elisa.

No cerró por duelo, a ella no le hubiera gustado.
Sólo llegó, menos serio y mas triste, hasta su lugar tras el mostrador y se quedó allí un rato, nada más que para sentir su ausencia.
Después, en un impulso, buscó por buscar o porque lo había visto tantas veces en sus manos, "Los versos del Capitán" y lo abrió sin esperar nada. Lo hojeó un poco, solo por hacerlo, por memorarla, porque volviera. El señor Harkoft no sabía que sentir, ni cómo, eso era lo que le sucedía. Ah, el papel de hilo para las notas que escribia. Sonrió con cierta ironía. La hojita señalaba ese poema "...Detrás de todas me voy. Pero a ti, sin moverme, sin verte, tú distante,van mi sangre y mis besos,.." y con su delicada letra de maestra, la señorita Elisa había escrito: "Con este exquisito atorrante yo hubiera enloquecido de amor. Ay, Neruda, Neruda!" y al pie, se veían dibujadas cuatro florcitas cuyo significado no pudo entender.
Alli y entonces, el señor Harkoft sintió esa enorme y desconocida tristeza que ya no lo abandonaría y también halló una suerte de recurso para convocar la presencia de la señorita Elisa, leyendo sus comentarios.
Uno por uno fue leyendo aquellos escritos en papel de hilo descubriendo a la mujer que había tenido todo ese largo tiempo a su lado y que fue pareciéndole más sentida y mas bella, en tanto descubría su sensible inteligencia, más que en el contenido de las palabras, en el dibujo de aquellas una, dos, tres... cuatro florcitas! 

Así que cuando cualquier día se dió cuenta que su traje de lana le quedaba pesado y pudo ver que el jacarandá que con él envejecía a la puerta de su librería, estaba "impúdicamente florecido para su edad" como solía decir Elisa (y pensó sólo su nombre, como en otra intimidad) al señor Harkoft la tristeza lo envolvió en silencio, embrumándole la mirada y las manos, doliéndole de forma insoportable en aquellas florcitas al pie del papel de hilo.

Y ya no pudo resistir la primavera.


martes, 12 de octubre de 2010

conjuro de martes contra el adios







para conjurar el adios
los días martes
o cualquiera de esos días
en que pensamos despedidas:


despertarse
e inventar pájaros cantando
no mirar la tristeza del espejo
pensar que es primavera
(es como morirse
decir adios en primavera)
elegir ese perfume
que solo huele a encuentros
mentirle a la rutina
un guiño de sonrisa  
(repetirlo hasta que no duela)
buscar entre los libros
el de letras grandes y final feliz
descreerle a la soledad
sus promesas de libertad
elegir como ejercicio
del alma desdeñosa
los mejores recuerdos
imaginar un abrazo
que pueda ser un puente
planear que el domingo
no parezca domingo 
preferir el instinto
las sábanas frescas
y la tibieza del pan
con queso y vino tinto

ineludiblemente
pensar en aquellos días
del corazón en vuelo
el ombligo como de estreno
esa lista de sueños y el ensueño.

con un solo inconveniente:
este conjuro
requiere de extrema confianza.
no garantiza buenos  resultados
a los que creen que a veces
sólo el amor no alcanza.

imagen: Yoshiro Tachibana

 

 









domingo, 10 de octubre de 2010

aplausos y abrazos para él

Paisajes marinos (IV). En la piel de tu orilla.

En la piel de tu orilla
Han perdido los hombres una guerra.
En la piel de tu orilla
Y han dejado sus huellas en la tierra.

En la piel de tu orilla
Las nubes amanecen en el fuego.
En la piel de tu orilla
La fiebre de la tarde es solo un juego.

En la piel de tu orilla
La rosa de los vientos se deshoja.
En la piel de tu orilla
La sequía de la boca al fin se moja.

En esta piel,
En esta orilla.
En este aquel,
En esta anilla.



 
 
 
 
 
 
 
 
En la piel de tu orilla
La certeza es un círculo de espuma.
En la piel de tu orilla
La duda es no ver nada entre la bruma.

En la piel de tu orilla
La luna se ha olvidado sus zapatos.
En la piel de tu orilla
La belleza dibuja garabatos.

En esta piel,
En esta orilla.
En esta miel,
En esta astilla.
 
 
Anoatción: me gusta muchísimo este blog, me gusta su poesía con metáforas significantes y sncillas como un pañuelo blanco, sin bordados.
en la holganza del domingo leía yo en la blogófera como si mirara vidrieras y me sorprendí con la sensualidad de estos versos. y me los traje, claro.
aplaudanlos conmigo. 

martes, 5 de octubre de 2010

regalando a Gabriela










hoy vengo a darte
esta caja de regalos.

en ella puse un té de rosas 
y masitas de gengibre  
para esta tarde a las cinco 
un vestido con mariposas 
para irse por las ventanas
una copa de vino tinto
una hogaza de pan tibio
un gran pedazo de queso
para entonar la panza.
.
veredas para andar la madrugada 
sin que importe nada mas 
que el arrullo de las palomas
una larga charla de amigas 
de esas que lo explican todo 
todo lo perdonan 
y limpian el corazón.

un conjuro de viernes con luna llena 
para espantar el mal de amores.

un collar de flores 
y un aro de hulla hulla
para un rato de locura 
un disfraz de princesa
comprado en el cotillón 
para matar a Cenicienta.

una canasta de camelias blancas 
digna de Marilyn con una tarjeta 
que dice: "las diosas también lloran" 
bombones de frutas de todos los colores 
para llorar con la lluvia si viniera al caso 
bombones de chocolate
para leer poesía erótica.

tres novelitas de Corín Tellado 
y tul de ilusión para refrescar la memoria 

una botella de brindis por la alegría  
los días de sol  el buen amor y el buen sexo 
un irrepetible perfume 
para andar por las cornisas 
una bandada de pájaros 
que te lleve adónde quieras ir 
una bitácora para anotar sueños versos 
llantos risas abrazos y adioses que así es la vida

un sendero de arena que acaba a la vera del mar 
y un amanecer pintado en el horizonte 
un instructivo irrenunciable 
para hallar el camino hacia el intento de la felicidad 
y un espejo de cuerpo entero 
que te cuente qué linda sos 
mirándote los adentros 
sin que nada mas importe.

ah! y una musiquita de miles davis
que te haga creer que todo es posible
para escuchar descalza.

viernes, 1 de octubre de 2010

APLAUSOS Y ABRAZOS PARA ELLA

Quiero doblegarte

Decir que quiero conquistarte sería simplificar un poco las cosas. Porque esto ya no es una cuestión de vanidades: es una cuestión de honor.Así que voy a estudiarte desde la distancia. Voy a identificar cada gesto, cada intención, pero sin amarlos, ni siquiera un poco: por aquí tus palabras en francés, por aquí los ojos con velas al fondo. Voy a diseccionarte con precisión y desapego. Voy a trazar un plan; voy a encontrar la forma más despiadada de invadirte. Y cuando esté preparada, todavía voy a esperar un poco más. Te lo juro, voy a ser incansable, implacable. Voy a predarte en silencio hasta que me veas en cada sombra que te haga volver la cabeza, a hostigarte con ausencias y espejismos. Voy a asediarte. Con frialdad, con paciencia. Nunca, nunca me vas a ver venir. Voy a ir hasta tus límites y trasgredirlos. Ya no va a haber límites. Voy a sitiarte lentamente. Te voy a arrinconar en tus placeres, voy a irrumpir en tu voluptuosidad y obligarte a rendirte ante mí. Y sólo cuando esté instalada, sólo cuando la amenaza sea ya inequívoca y las murallas absurdas, recién y sólo ahí, voy a besarte. Recién entonces voy a destruirte, final y definitivamente, con un beso.



(Suspiro) Venganza.

publicado por El alter ego de Mabel en su blog Soltá ese cuchillo, Mabel


nota: Mabel me sorprende, me prueba, me hace reir, quedarme seria; ya sabrán ustedes porqué decidí poner sus letras en rojo. Salú!